
La CVR significó una experiencia inédita en nuestra historia: un espacio para escuchar a los y las víctimas. Integrada por doce comisionados, procedentes de universidades, iglesias y del Estado, apoyados por un gran equipo de especialistas, organizó 20 audiencias públicas en diversas ciudades del Perú, para recibir testimonios personales. El 28 de agosto de 2003, luego de dos años de trabajo, el presidente de la CVR entregó al gobierno un informe final, de nueve volúmenes, que nos ayudó a esclarecer y comprender los hechos de violencia, que afectaron sobre todo a poblaciones campesinas e indígenas. En las ciudades nos preguntábamos: ¿Por qué tanta violencia contra las torres de alta tensión, puentes, caminos, edificios, contra las autoridades políticas? Pero no imaginábamos la magnitud del dolor y la muerte en las pequeñas comunidades rurales como lo revelan los testimonios de este libro.