Maskaq warmikuna / Mujeres que buscan (Huancayo)

El Lugar de la Memoria, la Tolerancia y la Inclusión (LUM) del Ministerio de Cultura, el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) y el Lugar de la Memoria de Junín “Yalpana Wasi” presentan “Maskaq Warmikuna / Mujeres que buscan”, exposición fotográfica de la periodista Ángela Ponce, ganadora del Premio Visa de Oro Humanitaria del CICR 2017. La muestra se presenta en el marco de las celebraciones por el Día de la Madre, que se festeja el segundo domingo de mayo en el Perú.

La muestra se inaugurará el jueves 10 de mayo, a las 10 a.m., en el Lugar de la Memoria de Junín “Yalpana Wasi” (Jr. Mariscal Castilla 851-853, Chilca – Huancayo) y podrá ser visitada hasta el sábado 30 de junio del 2018, en horario de lunes a sábado, de 8 a.m. a 1 p.m. y de 3 p.m. a 6 p.m. El ingreso es libre.

El conjunto fotográfico que conforma esta exposición, registra las distintas etapas que comprenden los procesos de exhumación, identificación de restos y entierro de las víctimas de desaparición, durante el periodo de violencia 1980-2000, en las localidades de Uchu, Acomarca, Lucanmarca y Cayara en la región de Ayacucho en el Perú. Las imágenes se desenvuelven entre el dolor de los familiares con una mayoritaria presencia de mujeres, que se transforman en las protagonistas del relato visual.

Los rostros retratados son cristalizaciones momentáneas de los sentimientos que embargan a estas mujeres que, en su búsqueda continua de justicia y verdad, encuentran en la sencillez de los objetos un especial significado: fotos, flores, velas, han sido su compañía durante estas décadas de búsqueda y han creado otros ritos y refugios ante la indiferencia colectiva.

Frecuentemente son los hombres quienes conforman los mayores porcentajes en las listas de muertos y desaparecidos del periodo de violencia 1980-2000. Sin embargo, estas ausencias producen impactos en la vida comunal y familiar, en donde las mujeres aparecen como las principales testigos y en quienes recaen los procesos de resiliencia y adaptación a la violencia. A ellas les ha tocado ser reclutadas a la fuerza por grupos armados, ser objeto de uniones forzadas y abusos sexuales, lo que muchas veces les significó ser señaladas y estigmatizadas.

Estas imágenes nos hablan del sufrimiento, pero también del trabajo que hay que hacer para superarlo. El dolor no abandona a estas mujeres, pero tampoco las detiene. Solo domesticando la muerte nos podemos abrir a la vida.