Caso: Familia Cueva Chiricente

La comunidad nativa de Cushiviani se ubica en la provincia de Satipo, Junín. Existían tres clanes familiares: Chiricente, Fernández y Chapay. Con el inicio del periodo de violencia (1980), la comunidad sufrió el impacto y el clan Chapay se desplazó en 1989 hacia Yavirironi. Los clanes Chiricente y Fernández se mantuvieron, habiendo asumido la presidencia de la comunidad Luzmila Chiricente en 1989. En 1986, Luzmila ya había sido representante de la mujer asháninka en la Confederación de Nacionalidades Amazónicas. Durante 1989, los senderistas ingresan a los colegios de la región para secuestrar niños y jóvenes. El 22 de setiembre fue secuestrado el segundo hijo de Luzmila, quien estudiaba en el colegio Atahualpa de Satipo. Ese mismo año fueron secuestrados tres hijos del hermano de su cuñada María Cueva Mantari, junto con otros 5 niños.

SUCESO

Lugar de suceso (Ubigeo) PERÚ » JUNIN » SATIPO » RIO NEGRO

Año 1989

Mes Septiembre

Día 22

Autor/es Comisión de la Verdad y Reconciliación

EDICIÓN

Año de edición 2002

Ciudad de edición Auditorio Nuestra Señora del Valle del Arzobispado de Huancayo

País de Edición Perú

Serie documental Audiencias Públicas Junín - CVR

Colección Defensoría del Pueblo

Fuente del material Centro de Información para la Memoria Colectiva y los Derechos Humanos - Defensoría del Pueblo

Periodos de gobierno 1985 - 1990: Alan García

Periodo de la violencia 1986 - 1992: El despliegue nacional de la violencia

Escenario de la violencia Región Central

Autoría Material estatal

Tipo de material Testimonios

Acceso del material Acceso abierto

Fecha de ingreso

Victima Caso: Familia Cueva Chiricente

Sumilla

 

AUDIENCIA PUBLICA EN LA PROVINCIA DE HUANCAYO
 
(23 de mayo del 2002) 
 
 
Caso Nº 25
 
 
VICTIMAS : FAMILIA CUEVA CHIRICENTE
 
VIOLACION ALEGADA : Desaparición Forzada Secuestro y  Asesinato
 
 
DATOS DE LAS VICTIMAS :
 
Nombres y apellidos : Juan Beto Umaña Chiricente
Fecha de nacimiento : 30 de junio de 1974
Edad : 15 años
Sexo : Masculino
Condición de la víctima : Desaparecido, al parecer secuestrado por 
integrantes del PCP-SL
Fecha de la violación : 22 de setiembre de 1989
Lugar de la violación : Comunidad Nativa de Cushiviani
Anexo : 
Distrito : Río Negro
Provincia : Satipo
Departamento : Junín
Año y periodo de gobierno : 1989, gobierno del Partido Aprista Peruano.
 
 
Nombres y apellidos : César Cueva Chiricente
Edad : 12 años
Sexo : Masculino
Condición de la víctima : Secuestrado y asesinado por integrantes del 
PCP-SL
Fecha de la violación : Secuestrado en 1989
Lugar de la violación : Comunidad Nativa Ipokiari
Anexo : 
Distrito : Río Negro
Provincia : Satipo
Departamento : Junín
Año y periodo de gobierno : 1989, gobierno del Partido Aprista Peruano
Fecha de la violación : Asesinado en  1992
Lugar de la violación : Cerro de Pasco
Departamento : Pasco
Año y periodo de gobierno : 1992, gobierno de Cambio 90.
 
 
Nombres y apellidos : Bernalvides Cueva Chiricente
Edad : 10 años
Sexo : Masculino
Condición de la víctima : Secuestrado por integrantes del PCP-SL, 
aparecido el año 1993
Fecha de la violación : Desde el año 1989 hasta el año 1993
Lugar de la violación : Comunidad Nativa de Ipokiari
Anexo : 
Distrito : Río Negro
Provincia : Satipo
Departamento : Junín
Año y periodo de gobierno : 1989, gobierno del Partido Aprista Peruano
 
Nombres y apellidos : Cléber Cueva Chiricente
Edad : 9 años
Sexo : Masculino
Condición de la víctima : Secuestrado por integrantes del PCP-SL y 
detenido desaparecido por el EP.
Fecha de la violación : Secuestrado por el PCP-SL el año 1989
Lugar de la violación : Comunidad Nativa de Ipokiari
Anexo : 
Distrito : Río Negro
Provincia : Satipo
Departamento : Junín
Año y periodo de gobierno : 1989, gobierno del Partido Aprista Peruano
 
Fecha de la violación : Detenido desaparecido por el EP en 1992
Lugar de la violación : Cerro de Pasco, la última vez que se lo vio 
fue la Comunidad Nativa de Cushiviani.  
Distrito : Río Negro
Provincia : Satipo
Departamento : Junín
Año y periodo de gobierno : 1989, gobierno del Partido Aprista Peruano
 
 
 
II. RESUMEN DEL TESTIMONIO :
 
Ubicación y contexto del lugar en el que ocurrió la violación alegada:
 
La comunidad nativa de Cushiviani está ubicada en el distrito de Río Negro, provincia de Satipo, departamento Junín. Se encuentra a 15 kilómetros de Satipo. Antes de la violencia tenían 250 habitantes, hoy cuenta con 270, la mayoría Asháninka. Las familias se dedicaban a actividades de autoconsumo y comercialización de productos agrícoles en pequeña escala. La comunidad tenía escuela primaria unidocente. No había posta. 
 
En la comunidad existían tres clanes familiares Chiricente, Fernández y Chapay. Actualmente permanecen los dos primeros. Se caracterizó por haber acogido en su seno a decenas de mujeres viudas.
 
Esta comunidad sufrió directamente el accionar subversivo y contrasubversivo. SL ingresa a la zona desde 1988, llegando a controlar Río Negro y Satipo en 1989.  Los Sinchis y el EP tenían una base en Mazamari.
 
En 1989, el clan familiar Chapay se desplaza hacia Yavirironi, cerca de la carretera a Satipo, donde en alianza con el EP crean un Comité de Autodefensa. Los clanes Chiricente y Fernández, 12 familias, se quedaron en la comunidad, habiendo asumido la presidencia de la comunidad Luzmila Chiricente el 15 de noviembre de1988, y los demás cargos sus familiares. Ya desde esa época, se daba muestras de que “la fuerza la tenían las mujeres -de varías comunidades-, los hombres no querían asumir cargos, decían así no más, qué para esto, por las puras vamos a morir”.  
 
Durante los años 1990 y 1991 fue la época más cruda, recuerda Luzmila, la comunidad se encontraba entre dos fuegos: El ejército y las rondas de Yavirironi la consideraban, junto con las CC.NN. Ipokiari, San Pablo Shimachiro y San Pascual,  zona roja porque SL no les hacía nada. Por su parte, SL les decía zona militar. Las familias vivían en el monte, y bajaban para hacer las labores con FONCODES y los hijos para ir a la escuela. La comunidad gestionó ante FONCODES la construcción de la escuela primaria y la posta durante esos años. Siempre se dictaron las clases, aunque por horas.
 
Estas familias desarrollaron estrategias de “autocuidado pacífico”, como lo señala Luzmila Chiricente. Su familia resistió a SL, no le permitió que pinte en las casas, escuelas ni local comunal, o levante su bandera. Para eso ponían anuncios de “por favor respeten” para que no pinten. Estos anuncios no los firmaba la Junta Directiva sino La Comisión, como una forma de no ser identificados. El esposo de Luzmila era presidente de la ronda de Cushiviani. Señala que el ejército los trataba como si fueran militares e intentaba introducir las maneras castrenses a su organización. Su esposo le respondía para que se respeten sus costumbres, y por eso eran castigados como soldados (los mandaban hacer planchas). De igual modo, también se enfrentaron al ejército  y el Comité  de Autodefensa, dialogando directamente con sus mandos para contestar a las acusaciones de ser senderistas. Luzmila señala que tuvieron el respaldo de la verdad (“quien no la debe, no la teme”) y de ONGs como el CAAAP (Centro Amazónico de Antropología y Aplicación Práctica) y CIPA (Centro de Investigación y Promoción Amazónica), las cuales intercedieron ante la fiscalía y el ejército para investiguen a profundidad la supuesta vinculación de la comunidad con SL. La investigación, compuesta por diversos operativos en la comunidad, concluyó que no hubo ningún indicio que sustenten tales sospechas.  
 
Su organización nativa es la Federación de Comunidades Nativas Campa-Asháninka (FECONACA) y la Central de Comunidades Nativas de Selva Central (CECONSEC). 
 
 
Descripción de los hechos que sustentan la violación alegada:
 
Durante 1989, un grupo como de 20 mandos colonos de SL ingresan a los colegios primarios y secundarios de la región para secuestrar niños y jóvenes  identificados previamente por sobresalir en su rendimiento académico.  “Dictan clases, diciendo que los alumnos tenían que llegar al poder. Se daban libertad de entrar a la dirección y ver las notas para saber quiénes eran los mejores alumno”. En el colegio estatal Francisco Irazola, por ejemplo, ésta era una práctica continua. Al colegio Atahualpa ingresan dos veces. “Cada vez que ingresan seleccionaban a los jóvenes de comunidades lejanas, porque ahí no había presencia de militares como en las comunidades de la carretera. Cada vez secuestran grupos de 5 alumnos más o menos”. O también esperaban a la salida del colegio armados y se llevaban a la fuerza a los alumnos que habían identificado antes.
 
El 22 de setiembre de 1989 fue secuestrado el segundo hijo de Luzmila Chiricente Mahuanca, Juan Beto Umaña Chiricente, quien cursaba entonces el cuarto año de secundaria en el colegio Atahualpa de Satipo;  a la fecha aún no se sabe el paradero de dicho hijo. El se dirigía de Satipo a su comunidad Cushiviani. Nunca llegó. ¿Murió?, ¿en qué condiciones?, ¿aún vive?. Al momento no hay noticias ciertas de su destino. Los rumores señalan que SL lo secuestró. Este hecho angustioso en la vida de Luzmila, exigió que asumiera una actitud de búsqueda y de denuncia en circunstancias sumamente difíciles para ella y para quienes ocupaban cargos importantes dentro de sus comunidades. Pese a tener conciencia de ello y saber cuáles eran las condiciones socio-políticas en aquellos momentos, Luzmila Chiricente junto a su familia asumieron la denuncia de la desaparición de su hijo y la búsqueda de alternativas pacíficas en medio de la guerra “… nosotras queremos el desarrollo, estamos luchando por nuestros pueblos”.
 
Este mismo año (1989) fueron secuestrados tres hijos de su hermana Pércida Chiricente Mahuanca de la C.N. Ipokiari, estos son: César Cueva Chiricente de 12 años, Bernavides Cueva Chiricente de 10 años, y Cléber Cueva Chiricente de 8 años, junto con otros 5 niños.
 
En 1992, en un enfrentamiento en Cerro de Pasco, los militares recogen a Cléber. El Capitán Carlos Méndez lo trae a la comunidad de Cushiviani “para preguntar” si era su hijo o tenía algún familiar metido en la subversión, ella contestó que su hijo había sido secuestrado por SL. Se lo volvieron a llevar, y no se sabe nada de él hasta la fecha. 
 
En 1993, SL asesinó a César porque quería escaparse. “El orientaba para que el grupo escapará, y uno lo delató y  lo mataron”. Bernavides lo tuvo que enterrar y luego escapó. Estaba por Cerro de Pasco, se escondió en una comunidad Yánesha.”. “Después trabajando, trabajando llegó hasta Villa Rica, de ahí hasta Ipukiari. Llega el día de la madre” La familia lo presenta ante el fiscal, de ahí al juez. El juez lo lleva a la base del ejército de Satipo. Estuvo allí 4 años, luego salió. Bernavides cuenta que SL les enseñaba “como matar, saquear, como traumar a la gente, asustar para que huyan y quedarse con las cosas. Los llevaban para saquear, mataban hombres y mujeres. A las mujeres les enseñaban a trabajar, una mujer era comando. Mataban a la gente que flojeaba, estaban pensativa, o por traición a tu patria”. Bajo amenaza estuvo con SL por 8 años entre las bases de Vizcatán (Río Ene), en Tacna y en Cerro de Pasco. 
 
 
Señalamiento de las secuelas que originó la violación alegada:
 
Luzmila señala que su familia ha sido afectada por la pérdida de su hijo. “Por andar con mi esposo haciendo gestiones, hemos abandonado a mis otros hijos. Aparte que el Jeremías andaba como mellizo con Juan, como era más responsable, era más apegado. Eso le ha afectado”. Toda su familia piensa todavía en Juan “no podemos decir que está muerto o vivo, dejamos a nombre de Dios. Tenemos su cosas su uniforme, llevábamos a la iglesia para hacer misa y sentía que no, que mejor haga misa para rogar porque donde esté, esté bien. Tres veces hemos llevado para hacer misa”.
 
Los efectos también se ven en las demás familias “La mayor parte que nos hemos quedado hemos vivido en desesperación, vendrá, no viene”. Los años de violencia política les permitió conocer sus derecho como ciudadano para unirse, organizarse y poder enfrentar pacíficamente tanto a SL como al ejército: “Después se tranquilizaron porque se hicieron algunas veces capacitación (CIPA; CAAAP; Ministerio de Salud). Entendieron que no es como una piensa, no mirarnos entre nosotros mal sino unirnos para más fuerza”.
 
Desorganización y debilitamiento de FECONACA. Luzmila, al igual que su familia, son  testigos excepcionales de la violencia y las consecuencias para la población indígena de selva central.
 
En la comunidad “Ha quedado la desconfianza, más claro. La armonía, tienes que pensarlo mil veces para tener la confianza”. El balance de estos años se hace en las Asambleas y en la escuela. Como Luzmila le dice a sus hijos “Más bien una parte nos afectó y otra parte nos ha dado mucho valor y fuerza. Pensar que se llevó tu hermano pero no nos hemos quedado con los brazos cruzados. Hemos sido conocidos también internacional. Todo hemos superado, nos hemos enfrentando sendero, hemos hecho respetar. A los militares, a través de las dos instituciones que nos han ayudado, hemos hecho respetar. Nos hemos unido más, hemos construido local”.
 
Sin embargo, “dentro de mi familia es la cólera interna. El subversivo es el que tiene la culpa porque él lo reclutó. También el gobierno, por falta de su presencia el sendero se aprovechó”. Pero saben que “la venganza, si yo le veo negativo, sino uno de mi las familia iría a vengarse. Pero nada sacamos, porque sino nunca va a terminar la venganza, tenemos que ponernos fuertes para tratar de demostrar lo que uno es. Dejarle hacer Dios la justicia, más esperanza. Nos soy evangélica ni católica. Creemos en nuestra imagen, que haya justicia legal, sin la justicia no se puede hacer todo lo que hay en la sociedad. Yo tengo forma de pensar, peor mis nietos van a tener otra, sino que justicia van a tener qué esperanza para el futuro”. 
 
Para el futuro, Luzmila espera “La seguridad de toda mi familia y de todo mi pueblo”. Espera que la CVR en sus recomendaciones señale que “Si va a haber judicial que lo tomen con una conciencia, ayudarme a investigar para saber si está o no está, de su hijo y su sobrino. Si hay alguna reparación, nos corresponde porque hemos vivido el trauma, la destrucción, el medio ambiente, eso también lo tomo como violencia. La reparación tendría que ser por familia nuclear”.  
 
Requiere asistencia humanitaria. Asimismo asistencia para el desempeño en su actual cargo: Presidenta de la Federación de Mujeres Asháninkas  Nomatsiguengas y Kakintes de la Selva Central. 
 
Agudización de la pobreza extrema y abandono de los pobladores asháninkas en Río Negro. La comunidad nativa de Cushiviani actualmente es refugio de mujeres y viudas abandonadas, que también merecen ser recompensadas.
 
 
III. TESTIMONIANTE PROPUESTA:
 
Nombres y apellidos : Luzmila Chiricente Mahuanca
Edad : 47
Nº documento de identidad : 20979046
Ocupación : Presidenta de la Federación de                          Mujeres Asháninkas               Nomatsiguenas y Kakintis de la              Selva Central
Lengua materna : Asháninka
Lengua en la que se rinde el testimonio : Asháninka
 
 
 
RECOMENDACIONES A TENER EN CUENTA CON RESPECTO A LA(S) VICTIMA(S) Y LOS(AS) TESTIMONIANTES:
 
Estrategias de atención individual y comunitaria. Fortalecer organizaciones comunitarias, a través de mecanismos de participación en propuestas de reparación y psicológica, acordes con su realidad sociocultural. Reconocimiento del rol de la mujer Asháninka que lideró y desarrollo en esta zona el ejerció de su ciudadanía y estrategias de “autocuidado pacífico”, en medio de condiciones adversas y escasa protección de parte del estado.   
 
“Yo espero más unidad y esperanza y futuro. Que entiendan más que la educación sea más conciencia, sin conciencia no se puede hacer nada, aunque seas intelectual.
Espero que en el caso de mi familia, superemos de una u otra forma con la ayuda de instituciones y del estado”. 
 
 
Testimoniante  Propuesto:
 
 
Nombres y apellidos : Luzmila Chiricente Mahuanca
Sexo : Femenino
Ocupación :
Lengua materna :
Lengua en la que da testimonio : Castellano
 
Nombres y apellidos : María Cueva Mantari
Sexo : Femenino
Ocupación :
Lengua materna :
Lengua en la que da testimonio : Castellano

Tiempo de duración 00:19:25